Anoche bailé con el pasado,
estrené zapatos ,
fue raro, incómodo,
como esos despertares matinales
una hora antes que suene.
La música sonaba a nuestras horas,
melancólica y trivial,
letras gateando en mi cabeza
rescatando tu nombre
del desuso.
Uñas clavadas en mi espalda.
Uñas clavadas.
Ojos que no alcanzan
para rozar tu vestido.
Los escenarios cambian,
de tu jardín a nuestra cama
nunca ocupada,
maratón de miradas son vapor,
y de rodillas llorando hasta volverme sal
en muros buscados.
Busco, soy, desespero,
salir de tus favoritos,
borrar la primera“a” de toda palabra,
recordar de nosotros
tus brazos y lo que es mar.