martes, 7 de septiembre de 2010

Raíces rebeldes


Otra noche que

me encuentra desmembrado,

buscándome entre susurros.

Un molino resopla,

desespera por ser viento.

Reúno mis partes,

consciente del destino,

las cáscaras que acariciaban nuestro plato

jamás se soltaron,

el gozo nos abriga por meros pasos de baile

y dos colores ríen

sin saber que el gusto es nuestro.

La tortura de

saberte paralela.

Yo quiero que seamos arboles

que burlan la medianera

y se envuelven bajo tierra.

Una fiebre renga

cabalga insistente

preguntando cuantos

abrazos se necesitan

para ser eterno.