miércoles, 20 de julio de 2011

Buenos

Nunca nos van a dejar,
festejemos extasiados,
separados.

Buenos momentos
en comodas cuotas
sacrifican la felicidad plena
de una simple vuelta de aguja.

Personas amables,
nuestras,
reciclan aquellos
espejos rotos.

La manía de ser
desconocido entre
paredes propias.

Un fogonazo azulado
extermina la duda
de aquellos que vomitan
flores y envuelven
cuerpos tibios,
cuerpos nulos.

Piezas abandonadas,
falsos recorridos,
pensar que un adorno
disimula murallas
insuperables.

La cobardía
de mirarse en el otro
sin sentirse
uno mismo,
y vivir
de fotos vetustas
sin rencores.