viernes, 26 de octubre de 2007

Cortantes

El ardor de la piel
es remera
en frasco de
vértebras que retuercen
por goteo.

Desde las partes
me sumo a todos
los que restamos
jornales para ser.

Con latidos de
sala de urgencia
aplicamos leyes
con más pena.
Los grises.

Gira el muerto
en discos de pasta
mesurados sus lamentos.

Recipientes de punzadas
caen desde el sur
barruntando malevaje.
Estiletes de medianoche
tu esencia en mis harapos.

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