Nos encontramos
cuando ya
nadie buscaba,
excesos de mi
se esparcen
en el suelo
que alguna
vez rodamos,
y la cerveza,
tibia,
no llena,
tus manos,
complaciente desdén.
cuando ya
nadie buscaba,
excesos de mi
se esparcen
en el suelo
que alguna
vez rodamos,
y la cerveza,
tibia,
no llena,
tus manos,
complaciente desdén.
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