lunes, 23 de agosto de 2010

Asma

Respiros tristes

hacen hombros fuertes

para cargar

con tu mirada omnipresente.


Renunciar es apenas

el inicio de

un camino en círculos

que siempre elijo

sin sospechas.


El preaviso de que

voy a desearte sin prescripción,

cada seis horas, una semana,

mientras la luna empequeñece,

el horizonte nos acaricia.


Ver los pies incapaces

de reprimir

la confesión de sabernos

cautivos de otros.


Sentir tus soplidos

furiosos en mi cara

alguna vez, o

dejar que mis labios

echen raíces en tu pecho.


No hay comentarios: