miércoles, 16 de mayo de 2012

Abuso


El temblor nocturno
de saber que entre sueños
te abro mi ventana
horada el muro
de sinsabores y risotadas
que edifican
mis días.

Gris.

Tu negativa,
impuesto a mi felicidad
que pago por
verte todos los días no mirarme.

Si supieras el gusto
de mis besos en otoño
tus dedos hubieran sido
más curiosos que tus
modales.

Te desearía ser
 mediofeliz toda la vida
si existiera la posibilidad
de borrarte de mis mañanas.

Y acá me ves,
pidiendo perdón por estas rodillas estúpidas
que quieren mirar atrás.

La culpa es mía por
ofrecerte un Hiroshima de abrazos
en temporada de besos.

Los árboles susurran que ya pasé el final
hace catorce renglones, lástima,  
prometí a tu sombra verla hasta que amanezca .

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